
No pude acudir en marzo al
concierto en Gobinde*, pero al menos tengo ahora el CD en mi equipo y estoy disfrutándolo de lo lindo.

El último trabajo de
Luis Paniagua tiene un título muy tántrico (
el cielo en la tierra) y nos acerca a esta experiencia de la divinidad en lo humano; en palabras de Jesús: "Dejad de buscar los cielos en lo alto. Abrid las ventanas de vuestros corazones y el cielo acudirá como un torrente de luz y os traerá una alegría sin límites" (
Levi op. Cit. 33, 1-10).
Es una música que emociona y a la vez calma, conecta con el espacio profundo del Ser...

Me encanta además de la lyra el violín de Sylvan (un instrumento de... 1783!): en la canción
A fluir (pista 6) es como si cobrara vida respirando, una auténtica maravilla. Casualmente conocí a Sylvan (...
merci pour le parmisan...) hace poco, en la fiesta de primavera en casa de Regina (foto arriba), y me hubiera encantado verla en el Palau la semana pasada pero habrá otra ocasión, seguro.
En
prensa comentaron sobre esta colaboración que

ambos artistas improvisaron y que fue precioso porque el sonido de ambos caminaba "hacia el mismo lugar: la belleza y la armonía"; que se produjo una "comunicación muy fluida y armónica" y de la convergencia de ambos surgía algo "muy natural y humano". Se nota...
Enhorabuena y gracias a Luis, Sylvan y todos los que han hecho posible que podamos escuchar esta música,
golosina para el alma: ahí va
una muestra en video de
Mientras vivas brilla (pista 4; ver también la letra: el
epitafio de Seikilos, en la columna de la izquierda).
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