Las cuerdas del amor llenan los días
y las noches de dulce música,
y el mundo escucha su melodía.
La vida y la muerte bailan al ritmo de esa música.
Las montañas, el mar y la tierra danzan.
El mundo del hombre danza
llorando y riendo al mismo tiempo.
¡Mirad! Mi corazón baila recreándose en él.
Y mi creador me observa complacido.
Kabir
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